Si hacemos una competencia de los personajes más curiosos y divertidos de Dragon Ball, la corta participación de Monaka podría igualar a la de Mr Satán. Aunque el luchador de la tierra realmente ayudó durante la pelea con Freezer y está más involucrado en la trama, Monaka nos regaló algunos de los capítulos más divertidos en toda la serie y particularmente en la saga de Dragon Ball Super.
Todo comienza con el torneo del universo 6 contra el universo 7, un evento que inicia por la discusión entre Beerus, Dios de la destrucción del universo 7 y Champa, Dios de la destrucción del universo 6, cuando deciden sortearse la posesión de la tierra con un torneo entre los mejores guerreros de ambos universos, ya que la tierra en el universo había sido destruida por una guerra.
Monaka es la trampa de Beerus para sacar lo máximo de Goku y Vegeta
Antes del torneo del universo 6 contra el 7, Beerus ya entendió la rivalidad fuerte entre Goku y Vegeta y que ambos, a su vez, demostrarían su máxima fuerza si pensaban que había otro guerrero más poderoso en su equipo, más en el caso de Goku, ya que Vegeta tiene por norma usar su máximo siempre para acabar rápido con sus enemigos.
Desde que presenta a su equipo, Beerus deja claro que Monaka será el último en pelear ya que es el luchador más fuerte. Asegura que él mismo, como Dios de la destrucción, enfrentó a Monaka en la «transformación más poderosa» de aquel extraño ser y no fue para nada fácil la lucha. Goku y Vegeta no pueden darle batalla al Dios Beerus, por lo que quedan atentos a aquel poderoso ser que sí representó un enemigo formidable.
La verdad es que Monaka es un repartidor, algo así como un «delivery intergaláctico», de ahí lo manda a reclutar Beerus ofreciéndole una gran paga y el debilucho ser, miembro de la raza wagashi, acepta encantado, vive para trabajar y hacer dinero, tan entusiasmado con su labor que sigue como repartidor luego que Beerus ordena entregarle la gran paga que le ofreció.
Monaka: El temeroso guerrero que ganó el torneo del universo 6 contra el 7 sin esforzarse
En la parte más divertida del torneo, vemos a Monaka aparentemente tranquilo, siquiera se inmuta ante las batallas que se desarrollan en el campo de batalla. Todos los luchadores del universo 6 y 7 le temen en silencio. Incluso en momentos de poderosas explosiones, otros se cubren y él ni se mueve de su asiento.
Varios combates más adelante, cuando Goku y Hit están en lo más intenso de su batalla, conocemos la verdad. Monaka se desmayó de terror en el primer combate, pero por su extraña fisionomía se mantuvo con los ojos abiertos. Por eso lo vemos aparentemente tranquilo, cuando en realidad está paralizado de miedo.
Los fans disfrutaron con locura cuando al despertar, Monaka encuentra a Goku luchando con Hit, en ese momento se descubrió que Frost había hechon trampa y Goku recibió una oportunidad de volver al torneo. Hit termina admirando a Goku. Es el primer guerrero que lo obliga a llevar su salto temporal a otro nivel, pero al rendirse Goku, le toca enfrentarse a aquel misterioso guerrero.
Al subir Monaka al lugar de batalla, Hit entiende que no es ningún poderoso guerrero y por un lado su respeto a Goku, por el otro por molestia por la conducta de Beerus y Champa, quienes decidían y les ordenaban luchar como títeres, decidió dejarse derrotar, saliendo fuera del campo de batalla apenas Monaka lo tocó con su puño. Algo muy similar a aquel golpe dado por Mr Satán a Número 18 con la pelea arreglada.
Es así como Monaka, el débil repartidor, termina ganando el torneo de los más poderosos guerreros de los universos 6 y 7. Termina así también su participación en Dragon Ball Super, algo ingenioso y divertido que demuestra que una buena serie, requiere mucho más que poderosos guerreros y poderes. Akira Toriyama hizo un gran trabajo con Monaka. ¡Bravo!